"Las Fundaciones como motor de la sociedad civil"
  "El Estado tiene que ver a las fundaciones como un apoyo"
Lugar de evento: CÁMARA DE COMERCIO DE HUESCA
Cena Coloquio: HOTEL ABBA
Fecha: 27/10/2011
Personajes Particpantes: D. JAVIER NADAL
Enlaces: http://www.telefonica.com
 

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HUESCA.- El presidente de la Asociación Española de Fundaciones y vicepresidente ejecutivo de la Fundación Telefónica, Javier Nadal (Arén), fue el protagonista la semana pasada de la edición número 51 de la Diáspora Altoaragonesa, durante la cual desarrolló el tema "Las fundaciones como motor de la sociedad civil". En una cena posterior, respondió a las preguntas de los asistentes. He aquí la traslación de ese coloquio.

PREGUNTA.- ¿Se crean las fundaciones para evitar impuestos?

RESPUESTA.- Si preguntamos a la gente, creen que se crean fundaciones para eludir impuestos pero lo que pasa en realidad es que sí que se rebajan impuestos, pero no se dejan de pagar para llevárselos al bolsillo. Si uno crea una fundación, tiene que decir a esta fundación le doy 100.000 euros y me ahorro 25.000 de impuestos, pero los 100.000 los tengo que dejar allí. No veo dónde está el negocio de los impuestos. Lo que sí es verdad es que, como no informamos lo suficiente de lo que hacemos, se crea siempre un halo de sospecha que es una lástima y es nuestra obligación (romperlo). La pelota está en nuestro tejado, en la Asociación de Fundaciones y en las fundaciones, el darnos a conocer más.

P.- ¿Cree que las fundaciones tienen visibilidad para la sociedad? ¿La gente conoce la importancia que tienen para el desarrollo de la sociedad civil?

R.- Creo que tenemos que darle más visibilidad pero tienen bastante, tampoco debemos lamentarnos tanto. Hace no mucho vi una encuesta sobre la opinión de las instituciones del país. En una con 20 ó 25 instituciones -el Gobierno, los políticos, la Guardia Civil, la Policía...-, las fundaciones quedaban en el 25% superior y por encima de la opinión que se tiene de las empresas y, desde luego, de la política en general. Aunque nos parece, creo, que nos comunicamos poco, sí que hay una comprensión hacia la acción de las fundaciones, que es positiva para la sociedad.

P.- Fundesa tiene como objetivo el desarrollo socioeconómico de la provincia, ¿hay muchas fundaciones con tal heterogeneidad en sus fines, como el desarrollo socioeconómico?

R.- Lo más normal es que tengan un foco específico, pero en este caso el desarrollo socioeconómico también es un foco específico. Se puede considerar un único objetivo aunque luego abarque muchas cuestiones. Creo que en ese sentido es una fundación ejemplar porque demuestra la vocación justamente de apoyar el desarrollo de la provincia en todos los aspectos.

P.- Las fundaciones están en ocasiones para financiarse o desviar dinero, pero ¿hay una receta para autofinanciarse?

R.- La mejor autofinanciación sería una fundación de las patrimoniales. Si alguien que tiene un patrimonio grande lo dona a una fundación, esa ya tiene resuelto el problema de financiación, porque se va a financiar con los rendimientos de ese capital. Siempre hay problemas, porque para financiar la actividad además tiene que hacer que el capital genere lo suficiente como para autoalimentarse, pero esa sería la mejor manera.

Otra fórmula sería ganarse, como pasa con la inmensa mayoría de fundaciones, aportaciones de particulares, de empresas. Y para eso lo mejor es darse a conocer, dar a conocer la misión que tiene. Pienso que se consiguen recursos si realmente convences a personas físicas, la mayor parte de las veces, o jurídicas, de que tienes una misión importante y le estás pidiendo los recursos para hacer lo que quieres hacer. Creo que en general lo mejor es tener un buen fin y saberlo comunicar. Entonces siempre consigues quien te financie.

P.- ¿Cómo puede potenciar una entidad como la Asociación de Fundaciones este tipo de asociaciones en el ámbito de la internacionalización y cooperación de empresas?

R.- Son dos cosas diferentes. En la internacionalización de empresas, éstas son entidades con ánimo de lucro y, en esa materia, la fundación, en principio, salvo que pueda hacer actividades de acompañamiento, poco puede hacer.

En lo que es cooperación, sin duda alguna, (la fundación) es un instrumento estupendo. Es la mejor forma jurídica por las mismas razones que decía antes, porque tiene los fines a los que se destina, porque el fundador establece y puede poner unas condiciones que luego se tienen que cumplir. Creo que es una fórmula muy adecuada para que quienes deciden, en este caso tomar una iniciativa de cooperación internacional, marquen la pauta y nadie pueda cambiar luego el objetivo de una manera gratuita o poco meditada.

P.- ¿Tiene datos sobre el tanto por ciento de burocracia de las fundaciones respecto a las empresas?

R.- No sé exactamente lo que quiere decir grado de burocracia, si hablamos de coste de administración, es una información que se da habitualmente. Creo que las fundaciones, en general, trabajan con recursos escasos y se ven en la necesidad de duplicar el trabajo o de hacer un esfuerzo extra, multiplicándose para hacer las cosas. Creo que la burocracia en general es mínima, pero habrá de todo como en la viña del señor.

P.- ¿Qué fuentes de financiación externa tienen como alternativa a las subvenciones?

R.- Las fuentes de financiación fundamentalmente son conseguir donaciones de personas públicas o privadas y también prestar algunos servicios que pueden venderse. Las fundaciones no necesariamente, pero sí pueden hacer actividades comerciales. De hecho, hay fundaciones que pueden tener una gran parte de sus ingresos por venta de servicios. Incluso se distinguen entre fundaciones de mercado, pero lo que siempre tienen que mantener es su ánimo de no lucrarse, pueden vender sus servicios e incluso legalmente se distinguen entre fundaciones de mercado y fundaciones no de mercado.

Son fundaciones de mercado las que obtienen más del 50% de sus ingresos de la venta de servicios en el mercado. Una fundación puede ser no de mercado pese a vender servicios si suponen menos del 50%. Puede ser un hospital, un centro de enseñanza, pero, si tiene más del 50% de sus ingresos obtenidos en el mercado, entonces es una fundación que está en el mercado pero no tiene que tener ánimo de lucro, pero se pueden conseguir ingresos por esa vía.

P.- Usted ha dejado entrever la importancia de las fundaciones para las administraciones. En el caso de las empresas, ¿qué argumentos podría aportar a una empresa para convencerla del papel que pueden desempeñar las fundaciones?

R.- En realidad, digo siempre que una empresa puede no tener una fundación y no pasa nada. En realidad, una empresa tiene que ver la existencia de una fundación no tanto por el beneficio que le puede generar, porque normalmente no le va a generar un beneficio, sino simplemente porque sea la manifestación del compromiso de la empresa o de sus empleados con una labor social.

Una de las cosas que creo que la Fundación Telefónica le presta, por decirlo de alguna manera, a Telefónica es un inmenso esfuerzo, una gran contribución en el orgullo de pertenencia de los trabajadores de Telefónica a Telefónica. A través del programa Proniño o del trabajo de los 20.000 voluntarios de Telefónica, el orgullo que les representa a ellos saber que es una fundación de su empresa la que está haciendo labores de la que se sienten orgullosos o que ellos pueden contribuir a ese trabajo, es uno de los mejores servicios que prestamos a la empresa y allí no hay ninguna relación con el servicio o con el negocio. Es una relación puramente de las personas con la labor de la fundación. Son cosas más de la satisfacción de hacer un actividad de interés general y con la que te sientes orgulloso. Se obtienen beneficios de este tipo, pero no creo que se pueda plantear como objetivos y propuestas muy relacionadas con el negocio, porque sería desvirtuar la propia actividad.

P.- Las fundaciones suelen ser de grandes empresas o de grandes filántropos, ¿pero cuáles pueden ser las motivaciones de una pyme para tener una fundación?

R.- Cada caso es distinto. Conozco personas que tienen una pequeña empresa y que al mismo tiempo han hecho una fundación, pero normalmente es porque o tienen un interés no tanto como acción sino personal, y es una manera de canalizar otro tipo de actividades en las que tengan interés.

Hay algunas más instrumentales. Por ejemplo, una de las fundaciones más antiguas y que está más consolidada son las fundaciones universidad-empresa, que ayudan a las pymes enormemente para relacionarse con la universidad en la labor de investigación, por ejemplo, con lo cual hay fundaciones que son muy instrumentales y hacen una actividad, pero siempre hay un factor de este tipo, de unir dos mundos que están distantes o que no es fácil llevarlos a una relación contractual o bien porque hay un interés más allá del negocio y que tiene que ver con motivaciones altruistas o de otro tipo.

P.- No sé si a priori o a posteriori, ¿hay algún cálculo sobre el retorno que representa la actividad de la Fundación Telefónica a la empresa Telefónica, al igual que la RSC tiene un efecto especial en las jóvenes generaciones?

R.- Por lo menos en la compañía Telefónica no hay ningún parámetro que mida cuál es el retorno, que es intangible. Es la satisfacción de generar una serie de actividades que tienen sentido, pero sí puedo decir que el patronato de la Fundación Telefónica, que está constituido por el comité ejecutivo de Telefónica más todos los expresidentes de la compañía, es un lugar en el que la existencia de estos dos colectivos hace que se hagan cosas con sentido. ¿Qué le preocupa más a las personas del patronato que la Fundación Telefónica haga cosas? Pues tiene que hacer las actividades que son aquellas que tienen algún sentido para Telefónica y para la sociedad. Es decir, hay muchos problemas a los que uno se puede dedicar, pero por ejemplo si hay un problema de hambre o de educación con las nuevas tecnologías, será más legítimo que Telefónica actúe en el mundo de las nuevas tecnologías, porque puede contribuir más que si vamos a resolver un problema de hambre para el que no tenemos una experiencia especial.

Vamos a hacer cosas que sean una contribución adicional que no tengan que ver con el negocio, pero sí en el sentido de que aprovechamos mejor los recursos que ponemos a disposición porque sabemos más de nuevas tecnologías porque podemos poner aulas informáticas, sabemos de qué va, podemos dar conexión a internet..., más que hacer actividades de otro tipo, aunque sería igual de legítimo hacer otra cosa.

Por ejemplo, otra decisión que recuerdo que fue motivo de algún debate en el patronato fue dónde debería actuar la Fundación Telefónica: en los países en los que está Telefónica o en otros.

Si queremos trabajar para erradicar el trabajo infantil, deberíamos trabajar en África. Algunos decían incluso que sería más legítimo, porque es más independiente del negocio hacerlo en África y allí nadie puede decir que está relacionado con el negocio. En cambio, la otra versión era de hacerlo en los países donde está Telefónica, aparte de porque estemos sacando un beneficio y sea bueno que retorne un esfuerzo a esos mismos países, porque además tengo personas que trabajan en Telefónica que me van a poder ayudar con su trabajo voluntario, tengo los recursos... es decir, va a ser mucho más eficaz el esfuerzo si lo hago en estos países, que además es donde está el problema, que si lo hago donde no está el problema.

Fue un debate interesante, las dos posiciones legítimas, pero el patronato decidió actuar únicamente donde está Telefónica. Para mí era mucho mejor porque así tenía toda la infraestructura para ayudarme, pero lo que no hay es una medida de "no vamos a hacer esto si no tengo un retorno". Eso es un intangible que se percibe pero no se mide, es muy difícil de medir.

MARIANO BERGUA.- Del total de fundaciones, hay unas 3.500 inactivas, ¿el volumen económico de éstas se sabe?

R.- No es fácil. Hay que hacer una investigación. La información es pública, pero hay que recorrer todos los protectorados, ir a todos los registros y aflorarlo. Es un trabajo que se puede hacer, pero que aún no hemos hecho. El montante económico que está allí, pero no se mueve, tendría que tener algún destino en un determinado momento. Es uno de los problemas y de las necesidades. Es una lástima que esas fundaciones representen un capital seguramente importante y que esté inactivo. Muchas veces lo está porque la función o el hecho que quería resolver el fundador ya no existe, pero el capital está allí y sería bueno que el Estado adaptara la regulación para que el protectorado, o a quien correspondiese, pudiese tener la libertad de agrupar estos activos de nuevo y crear fundaciones que pudiesen tomar esos activos y hacer actividades de tipo similar para el que fueron creadas las fundaciones. Es una lástima.

MARIANO BERGUA.- ¿Hay algún estudio sobre la cantidad que suplen las distintas fundaciones de evitar gastos a la Administración?

R.- Es un estudio que estamos empeñados en llevar a cabo en la Asociación, porque una de las reivindicaciones es que se mejore la Ley de Mecenazgo para la financiación de las fundaciones, pero en estos tiempos difíciles es muy difícil que ningún Gobierno, ninguna Administración, mejoren el incentivo fiscal. "Suena bien la música, pero me tienes que demostrar que lo que vamos a perder de ingresos fiscales va a ser inferior a lo que vas a beneficiar y a lo que nos vamos a ahorrar en esta vía", responden.

En eso estamos empeñados. Hay sectores en los que es relativamente fácil hacer el cálculo, por ejemplo en todas las fundaciones que se dedican a dar becas, que es un coste que se puede demostrar. La ecuación de cuánto pierde el Estado por aumentar el incentivo fiscal y cuánto recibe por la vía de las becas es fácil y demuestra que hay ahorro.

Hay otros sectores en los que es más difícil, pero pedimos que si le demostramos que un sector ahorra dinero nos dé apoyo para ese sector. Ya le iré demostrando el resto. Ese es un objetivo que tenemos como asociación, porque las cosas hay que pedirlas con rigor y con datos encima de la mesa.

"LO ECONÓMICO NO ES LO MEJOR PARA MEDIR EL IMPACTO DE UNA FUNDACIÓN"

P.- ¿Hay algún parámetro o metodología para la medición de la excelencia de las fundaciones?

R.- Esa es una pregunta excelente. Es una preocupación, porque medir la excelencia es como medir el impacto. Decía esta tarde (en la conferencia) que normalmente el impacto lo medimos por la vía económica, pero no es esta medida la mejor para medir el impacto de una fundación, porque hay fundaciones que a lo mejor tienen pocos gastos o inversiones pero movilizan mucho y, por tanto, habría que ver el impacto en cómo ha movilizado a una sociedad, a una región o a un sector de la economía. Por lo tanto, esa sería la mejor manera de medir la excelencia, lo que pasa es que es difícil. Hay distintas universidades que están trabajando en la medición del impacto y creo que es uno de los retos más importantes que tenemos las fundaciones, encontrar fórmulas homogéneas, creíbles y aceptadas por todos para medir el impacto que se tiene en la sociedad y que va mucho más allá del impacto puramente económico.

"LA FUNDACIÓN ES LA MEJOR FÓRMULA JURÍDICA"

P.- ¿En qué casos recomendaría la figura jurídica de la fundación?

R.- La forma jurídica es estupenda, desde mi punto de vista, para esfuerzos sin ánimo de lucro y con fines de interés general. Si es un fin con ánimo de lucro ya no entra. Por tanto, en primer lugar, tienen que tener esa característica, y cuando tienes muy claro que quieres hacer una cosa y que esa es tu misión en la vida o en esa etapa, lo mejor es la fundación porque las dos maneras de abordar esa actividad es o a través de una fundación o a través de una asociación.

Una asociación siempre es una asociación. No tiene personalidad jurídica como una fundación y al final, el socio, la asamblea general, pueden cambiar los fines, pero si uno tiene muy claro que quiere ayudar a cierto fin o investigar cierta materia, la fundación tiene ese fin y siempre se va a dedicar a ese fin. Esa es una cuestión importante para elegir la fórmula de fundación.

En segundo lugar, si se trata de una actividad en la que va a haber una colaboración público-privada, no tengo dudas de que no hay ninguna otra fórmula mejor que la fundación. No hay otro instrumento que dé mayor facilidad y flexibilidad para que se puedan juntar los capitales públicos y privados y las personas públicas y privadas.

En los dos casos, creo que la fórmula de la fundación es mejor que las otras.


Fuente: Diario del AltoAragón

 
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